Hoy desperte con unas ganas locas de bailar, recostada en mi cama, la aurora no habia llegado, me quede mirando al techo de mi recamara de pronto comenzo a sonar una melodía, musitando en mis oidos el silencio.
A mi lado la soledad, fria como un tempano de hielo, estaba callada solo me miraba fijamente, su mano frente a la mía, me invitaba a bailar, derrepente me encontre pegada a su cuerpo sintiendo un escalofrió recorrer el mio, sabía lo que ello se significaba, pero no podia apartarme, me faltaron las fuerzas para rechazarle.
Como marco teniamos a la luna, la cual nos acompañaba y nos brindaba un poco de sus destellos, nuestras siluetas se tornaban color plata.
Las horas no avanzaban se hacían eternas, después de un rato yo quería seguir ahí, fue entonces que le dije:
"Soledad Déjame Bailar Abrazada A Tu Cintura Al Compás Del Silencio"
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